Hacía tiempo ya que queríamos hacer éste recorrido, dicen que desde él se puede ver la mayor cantidad de peñascos de toda la Isla. Situándonos: está en la parte centro del oeste, es la parte baja de la península de la Caravelle. Ya comentamos en un anterior artículo el cambio que hace aquí la mar. Es el atlántico!! Bahías que van reculando por la fuerza de las olas, cualquier hueco da directamente con una salida a la mar.
Robert es una pequeña villa marinera y agricultora. Pescadores arreglando sus navíos y utensilios de la pesca es lo que uno puede encontrarse si pasea por sus calles. Mientras que cultivos de caña y bananas es lo que se observa a las estribaciones de las colinas que hay a sus espaldas. La bahía Du Robert tiene una gran cantidad de pequeñas islas difíciles de ver todas a la vez dado lo característico del lugar, sus cerrotes y entrantes convierten el sitio en muy peculiar. Puedes ir viendo a medida que vas caminando desde Point Champomont las islas de: Petite Martinique, Aux Rats, Eaux, y la de Boisseau.
El terreno es escabroso, así que lo mejor es coger el coche. Situados desde Pointe Fort, se puede ver una de las islas más grandes, como es la de: Madame.
A partir de éste punto, las camberas, porque mucho distan de carreteras, están realmente mal, sin indicación; hay que fiarse de los instintos. Unas veces esto sale bien, y otras desgraciadamente mal. Atraviesas por plantaciones, y asombrosamente también se observan casas muy dispares. Lo mejor y lo peor. El progreso y la autarquía. De repente puedes encontrarte dentro de una urbanización con monas casas y piscinas, o bien, gentes debajo de tejavanas llenos de hojalata por todos los costados. Y baterías; aquí todo está lleno de baterías de coches…o coches abandonados.
Desde Point Melon a Point L’Ecurier la cambera está que se las trae, parece que te sales y vuelves a entrar; y de ahí a Point Rouge ya es todo una odisea. Aunque si consigues llegar (afortunadamente así fue) puedes disfrutar de una vista maravillosa, toda la Bahía Du Robert y de la de Galion. En frente: la isla Chancel, el segundo peñasco más grande de toda la Isla. Se divisa en el hasta una casita…¿Quién vivirá allí?
Desde Pointe Rouge es muy difícil pasar (a no ser que tengas un 4x4 en toda regla) a Point Banane y luego a Point Jean Claude, pero si lo consigues (que también así fue…quitándole con ello la carbonilla al peugeot kit edición especial) podrás ver la bahía Petit Galion, antecesora de la Grand Galion. La pequeña (petit) es muy especial; recogidita, con naturaleza asilvestrada…muchos cocoteros y caracolas, de aguas perfectas para canoas, y recónditos idílicos para contemplar…
La Bahía de Galion encierra la parte sur de la península de la Caravelle hasta la altura más o menos de Point Brunel. Un gran amasijo de pueblos semi abandonados entre plantaciones puedes encontrar en el camino hacía Trinité. Desde donde todavía se puede divisar una nueva isla, la única de ésta bahía, llevando el nombre de la misma. Galion.
Aquí hoy acaba nuestro camino. 
Bueno no, lo suyo era irse hasta Tartane, que está a la entrada de la península y es el sitio más habitado de la zona, a tomarse unas cervecillas…así que, a decir verdad. Nuestro camino de ida acabó en Tartane, habiendo visitado durante toda la tarde las bahías más pronunciadas de la Isla.
Un lugar paradójico y muy recomendable.
®u@no ®ecords y el programa de Radio Oasis Salamanca, "La Múskica del Transeúnte", presentan su primer cortometraje sobre la Música Libre "El Transeúnte", Un Cortometraje que ha sido dirijido por Diego Ruano, y en el que han actuado Verónica Sánchez y Gonzalo Rivero. Creado con Licencias Copyleft.
Continua Leyendo...
